El altillo de mi casa

Antes de hablarles del día en que me arrastré religiosamente como una serpiente pecadora, me gustaría contarles algo sobre el altillo de mi casa.     En ese entonces, el planisferio era muy lindo, sí. Me gustaba. Pero si había un lugar en el mundo que me desesperaba conocer era ese. Por alguna razón, hasta […]

Read more "El altillo de mi casa"

Baila

Digresión planisférica: me encanta esa sensación –linda, alegre– que tengo cuando descubro algo que me gusta. Cuando lo pongo en práctica sin quejas, cuando quejarse es tan fácil. Bailar. Sentir la necesidad de bailar, de hacerlo, aunque sea unos diez minutos. Sin “deberías”, sin perfeccionismos. Puro bailar o bailar puro, qué más da. Hace un tiempo leí […]

Read more "Baila"